• En España fallecen 17.000 personas cada año, más que por cáncer de mama, colon, o páncreas. Y 13 veces más que en accidentes de tráfico.
  • La rapidez en la aplicación del tratamiento es fundamental: 4 horas después del shock séptico, las probabilidades de supervivencia son inferiores al 50%.

 

La tasa de mortalidad de la SEPSIS grave es del 36%. Una cifra que debería por sí misma haberle procurado a esta dolencia la suficiente “fama” como para ser una de las más conocidas entre la ciudadanía. Y sin embargo, la palabra SEPSIS no está en el vocabulario habitual de la sociedad.

La SEPSIS es una dolencia crítica que se produce cuando el cuerpo, como respuesta a una infección (que puede ser muy común), lesiona sus propios tejidos (inflamaciones) y que en sus casos más severos provoca un fallo agudo de otros órganos que no necesariamente estaban relacionados con la infección original, provocando un shock o fallo multiorgánico que, en un número importante de casos, provoca la muerte.

Los números no son poca cosa. En España, la SEPSIS afecta a 50.000 personas cada año(104 casos por cada 100.000 habitantes), de las cuales 17.000 mueren. Para comprender la magnitud de la cifra, conviene recordar que es 13 veces superior a los fallecidos en accidentes de tráfico, y ostensiblemente superior a las muertes provocadas por algunos cánceres comunes y que despiertan amplia preocupación social, como el de mama, colon, páncreas o próstata.

Fuente:  http://www.world-sepsis-day.org

LOS CASOS VAN EN AUMENTO

Ocho millones de pacientes mueren de SEPSIS cada año en todo el mundo(aproximadamente una persona cada cuatro segundos), y se registran de 20 a 30 millones de casos. Y las previsiones son poco halagüeñas. En los últimos diez años el número de pacientes se ha duplicado, y los estudios consideran que la tendencia seguirá al alza. En los países subdesarrollados, la SEPSIS ya provoca la muerte a más de 6 millones de recién nacidos.

   

Fuente:  http://www.world-sepsis-day.org

El Presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), Francisco Álvarez, confirma que “los pacientes con SEPSIS no paran de aumentar. Ello se debe a múltiples factores, como el incremento de la población de más de 70 años, los tratamientos de enfermedades crónicas  que alargan la vida de los pacientes pero en condiciones de inmunodepresión, la mayor agresividad de las técnicas quirúrgicas que incrementa los tiempos de hospitalización y las complicaciones infecciosas, o la mayor utilización de técnicas invasivas, como las sondas o los catéteres, que se asocian con infecciones por bacterias”.

LA RAPIDEZ DEL TRATAMIENTO, CLAVE PARA SUPERARLA. EL “CÓDIGO SEPSIS”.

Cuando la SEPSIS se desata en el paciente, cada minuto cuenta. Y los médicos intensivistas y el personal de las UCIS saben que la expresión es literal y no ninguna exageración. Los estudios demuestran que un paciente se SEPSIS sobrevive a la dolencia en un 80% de los casos si se le aplica el tratamiento durante la primera hora. A partir de la cuarta hora, la estadística dice que su probabilidad de curación es menor al 50%, y a partir de las doce horas la esperanza de supervivencia se limita a un 15-20% de probabilidad.

En este sentido, el doctor Francisco Álvarez explica que “muchos enfermos que ingresan en la UCI con SEPSIS grave son enfermos en los que se ha retrasado su diagnóstico y tratamiento, y por cada hora de retraso se incrementa su riesgo de muerte”. Y por eso, continúa, es de vital importancia “conseguir que en cada hospital la SEPSIS se diagnostique y se trate precozmente, de manera que los enfermos no lleguen al grado de mayor complejidad, y que por tanto sean menos los pacientes que necesiten entrar en la UCI”.

De ahí la importancia de mejorar los protocolos de actuación hospitalarios para hacer frente a la enfermedad lo antes posible. En ese sentido, hospitales españoles ya están poniendo en marcha proyectos de innovación para intentar reducir la tasa de mortalidad de la enfermedad a menos del 20% en el año 2020 (actualmente es del 36%). En España, y con el apoyo de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) y otras sociedades científicas, los médicos intensivistas españoles desarrollan y mejoran constantemente el proyecto Código Sepsis, un conjunto de protocolos y reacciones de actuación que pretenden ser comunes en todos los hospitales para diagnosticar, monitorizar y tratar la SEPSIS bajo una misma estrategia.

El Código Sepsis engloba, además, a otras especialidades y estamentos de la sanidad, como los pediatras, médicos de urgencias, internistas, cirujanos o farmacéuticos, entre otros. El objetivo y el esfuerzo deben ser comunes para lograr reducir la mortalidad de la SEPSIS en la cantidad y plazos previstos.

 

EL COSTE SANITARIO Y LA PREVENCIÓN

El aumento de los casos de SEPSIS en todo el mundo ha contribuido también en buena medida al consiguiente ascenso del gasto sanitario. Conviene recordar que el paciente está ingresado en una UCI. En España, el coste económico medio aproximado del tratamiento y hospitalización de un paciente con SEPSIS es de unos 17.000 euros por persona. Una cifra comparativamente muy inferior al coste de otros países del entorno, como Alemania (de 25.000 a 50.000 euros) o al de Estados Unidos. Estas diferencias se deben, en opinión de la SEMICYUC, a las ventajas y aprovechamiento del sistema sanitario español, mucho más eficiente económicamente.

Fuente: http://www.world-sepsis-day.org

Hoy, 13 de septiembre, Día Mundial de la SEPSIS, el doctor Álvarez no se olvida de hablar de la prevención de la enfermedad, que, a su juicio, pasa por que la sociedad tenga mayor conocimiento de la existencia de ésta y de cuáles son sus características. En su opinión, “la clave pasa por la educación sanitaria, desde los colegios, en la adolescencia, y en generar interés por el conocimiento de los signos de gravedad asociados a una infección”. Además, aboga por que “el personal sanitario informe a menudo a la población de riesgo, los pacientes inmunodeprimidos, trasplantados, diabéticos, cirróticos o ancianos, entre otros, sobre cuáles son los signos de gravedad ante cualquier infección que deberían ser motivo de aviso a los servicios sanitarios”.